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Topless: Lucha y resistencia femenina

  • Foto del escritor: Natalia Páez
    Natalia Páez
  • 8 mar 2021
  • 3 Min. de lectura

La razón por la cual las mujeres usan el desnudo para la protesta política feminista

Foto tomada de: Blog del proyecto Lemu

Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, es común que se realicen marchas en varias partes del mundo para pedir como todos los años, cambios en las estructuras sociales que han invisibilizado a las mujeres, reclamar por la igualdad de género, pedir justicia para aquellas que han sido violentadas y luchar por la participación femenina y los derechos dentro de la sociedad; por supuesto, también para reflexionar sobre los avances logrados hasta el momento y conmemorar la valentía y determinación de las mujeres para lograr su emancipación.


Teniendo este contexto en cuenta, un debate que suele darse en estos escenarios de la marcha callejera feminista, es el topless o en español “sin la parte superior”, como una forma de resistencia y acto político, esto corresponde al hecho de que una mujer vaya desnuda de la cintura hacia arriba en espacios públicos.

Foto tomada de: La opción de Chihuahua

La acción ha sido duramente criticada por personas que no hacen parte del movimiento feminista. Pero… ¿por qué lo consideran un acto incómodo? Algunas de las razones que proponen son, que quienes lo practican “no respetan su cuerpo”, y argumentan que, la forma correcta de reclamar por sus derechos no es siendo vulgares, pues esto invalida su lucha ante la sociedad.


Pero todo tiene su razón de ser, y no lo hacen con el fin de causar morbo con su pecho descubierto; desafortunadamente, el cuerpo desnudo es un tema tabú por parte de algunas religiones, una forma de dictadura social, o solo se concibe como correcto si es para promover la industria del sexo. La finalidad del uso del desnudo, para la protesta política feminista, es precisamente controvertir en estos aspectos.


Dentro del régimen dictatorial se promueve una forma de gobierno opresiva, se fundamenta en el autoritarismo y en la violencia extrema para todo lo que se salga de este poder establecido. Teniendo en cuenta lo anterior, la esencia de un sistema patriarcal y la violencia que promueve queda impune, es por esto que cuando un cuerpo femenino no está puesto al servicio de explotación sexual, reproductiva, doméstica y laboral se violenta y se considera como un acto inadaptado.


Foto tomada de: El Universal

Adicionalmente, los códigos morales de la religión, aún se siguen aplicando sobre el cuerpo femenino, y están vigentes en cuestiones que corresponden al honor, la honra y la virginidad de la mujer; desde esta perspectiva el cuerpo no se entiende como un todo, sino que ha sido desmembrado y reglamentado por la opresión masculina, lo que causa que aquellas mujeres que no cumplan con esto, sufran de agresiones y sean excluidas socialmente.

“Un útero para engendrar, una boca para callar, una vagina para parir, en definitiva… un cuerpo para servir.’’ - Lara Alcázar.

Foto tomada de: Lobo Suelto

En resumen, el cuerpo de la mujer es alienado, preñado, usado, violado, cosificado, agredido, maltratado, vendido, explotado, mutilado, anulado; y todas estas condiciones son reforzadas a diario por el sistema patriarcal, vendiendo su ideología de que “si las cosas son así, es porque las mujeres así lo decidieron”. Ante este panorama, las activistas del movimiento feminista FEMEN, fundado por Anna Hutsol en Ucrania de 2008, y extendido por varios países en Europa, luchan principalmente por la erradicación del sexismo y el turismo sexual. Suelen salir a marchar desnudas, con mensajes reivindicativos y promueven su lema ¡Mi cuerpo es mi arma!


Así que volviendo al punto de inicio de esta discusión, las mujeres alrededor del mundo deciden desnudarse, no para anunciar un nuevo carro u otro producto, no para satisfacer al hombre, no para dar a luz y no para sentirse sucias. Lo hacen para luchar y deshacerse de todas esas cuestiones que se les imponen desde que nacen, para retar al patrón de perfección que se tiene respecto al cuerpo femenino, para negarse ante el patriarcado y finalmente, para romper con la dicotomía santa o puta.

Foto tomada de: El País

Judith Butler, sostiene que el feminismo ha de ser entendido como una lucha en contra de la violencia, y el topless es una manera de protestar pacíficamente, donde se reclama básicamente que no quieren que sus cuerpos sigan siendo oprimidos, que el cuerpo de la mujer deje de ser un campo de batalla y logren finalmente conseguir independencia sobre su vida y su cuerpo.





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Revista Ecléctica 2021 Bogotá, Colombia.

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