LABIAL ROJO: Poder y control
- Elena Tocancipá
- 23 mar 2021
- 2 Min. de lectura
Una revolución para la mujer de una generación a otra
El color rojo ha sido por mucho tiempo, uno de los más característicos para demostrar poder en el género femenino, dado que no solo ha sido representado en su vestir, sino principalmente en los cosméticos. Tanto así, que tiempo atrás, más precisamente a mediados de la Segunda Guerra Mundial, se decía que el labial rojo era un elemento indispensable para publicitar, el regreso a salvo de los soldados a sus hogares. Mujeres de todos los estratos socioeconómicos, tuvieron la exigencia y al mismo tiempo la oportunidad, de pintarse los labios de este color, para hacer posible que sus esposos llegarán de nuevo a casa.
Según la revista S Moda de España, el uso de este pintalabios durante la guerra, fue autorizado en Gran Bretaña por Winston Churchill; desarrollando así, uno de los hitos de belleza y de poder más importantes del siglo XX. Durante ese tiempo, todas las mujeres se informaron del propósito político del Primer Ministro y ejecutaron con la frente en alto, la finalidad de esta estrategia.
Asimismo, uno de los diseñadores más importantes de la moda, DIOR impactó al mundo años después de la guerra con la premisa: “Vestir la sonrisa de la mujer”. Este ícono de marcas, dio vida a uno de los tonos rojizos más glamurosos de la historia. El “rojo Dior”, fue desarrollado para demostrar una profundidad en la personalidad de la belleza femenina, más allá de su tono de piel y sus características físicas.
Las mujeres más destacadas en la industria de la moda, impusieron el uso del labial rojo como un accesorio para el día a día, revelando así su posición, su belleza y sensualidad en lugares públicos.
Frida Kahlo, Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor, entre otras, fueron de las artistas más reconocidas en disfrutar de este elemento, dejando una tendencia que se marca hasta la actualidad. Incluso con el pasar de los años, no solo lo utilizaron mujeres sino también hombres. Desde David Bowie hasta Ezra Miller, permitieron al género masculino demostrar que el maquillaje podría ser más que un accesorio para damas.
En su máxima expresión, el labial rojo promulgó una forma de alterar al público y de llamar la atención en todos los aspectos del arte, la belleza y la visión social de mujeres y hombres a lo largo de la historia. En conclusión, es indispensable contemplar el maquillaje femenino como una forma de identificarse, una revolución y un artefacto de control, con el que cualquier persona da a conocer un rasgo indescriptible de su personalidad.
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